
¿POR QUÉ EN MUCHAS OCASIONES HACEMOS ALGO CUANDO EN REALIDAD NO QUEREMOS HACERLO?
Quieres cambiar cosas en ti, pero tu cerebro parece que no lo entiende. Racionalmente le das órdenes, pero él no las obedece. Es como si existiera una gran distancia entre lo que quieres y lo que consigues. Conocemos ese sentimiento y tiene una explicación:
Lo que ocurre es que existen varias reglas fundamentales que el cerebro cumple escrupulosamente y que debemos tener en cuenta a la hora de producir cualquier cambio para que éste tenga éxito.
Estas reglas las tendrás contenidas en varios artículos como este, en los que explicaremos cada una de ellas para que cuando tu mente no te obedezca y haga todo lo contrario a lo que realmente quieres, sepas por qué sucede e incluso cómo reaccionar.
Antes de entrar en detalle, debes saber que es muy importante entender estas reglas para poder afrontar los cambios que queremos. Ten en cuenta que eso que te preocupa ya ha habido alguien que lo ha estudiado e incluso ha encontrado la forma de solucionarlo con tan sólo cambiar la forma de pensar.
Lo ideal sería nacer con un libro de instrucciones de las emociones para saber cómo y cuándo nos debemos emocionar, a qué nivel, qué tipo de emoción y qué consecuencias nos trae dicha emoción; pero ese libro no existe, cada uno aprendemos a nuestra manera. Por eso cada persona llora, se emociona, ríe, se motiva, se ilusiona o se desilusiona a su manera y cada uno lo interpretamos de una forma distinta.
Estas claves te indicarán que tu mente sigue unos patrones a la hora de hacer las cosas y que, seguramente, gracias a esos patrones nos surgen los problemas, pero también las soluciones.
Todo pensamiento o idea produce una reacción física: relación cuerpo-mente
Siempre hemos pensado que la mente y el cuerpo son sistemas distintos, ya está demostrado que forman parte del mismo sistema. ¿O acaso no todo el mundo ha experimentado un escalofrío o un sobresalto en todo el cuerpo tan sólo con un pensamiento? Esto se debe a esta explicación de la relación cuerpo-mente.
Igualmente, está demostrado que un pensamiento positivo fortalece tu cuerpo, pero un pensamiento negativo lo debilita. Todos los pensamientos afectan a todas las funciones del organismo:
- Los pensamientos de preocupación desencadenan cambios en el estómago, que a la larga pueden derivar en úlceras.
- Los pensamientos de ira aumentan el nivel de adrenalina a la sangre, produciendo diversos cambios en el cuerpo.
- Los pensamientos de ansiedad y miedo aumentan la rapidez del pulso.
Todas las ideas que tienen un fuerte contenido emocional casi siempre alcanzan el inconsciente: la mente del sentimiento. Una vez aceptadas, éstas ideas continúan produciendo la misma reacción corporal una y otra vez.
Por ejemplo:
El lunes me noto raro y pienso: “me estoy resfriando”. Entonces, seguramente el viernes estés enfermo y no acudas al trabajo.
Es necesario, por lo tanto, romper ese círculo por algún sitio si no queremos caer de forma repetida en las mismas respuestas psicofisiológicas. La relación cuerpo-mente es tan compleja como sencilla y es posible que precises ayuda. Si es así, búscala.
Si quieres aprender a medir tus pensamientos y controlar determinadas reacciones, ponte en contacto con nosotros. Después de saber el porqué, ya sólo te queda conocer la solución.